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4 aspectos del por qué una transformación tecnológica fracasa (segunda parte)

En la primera parte de este artículo, platiqué sobre 2 de los 4 factores que en “nuestro andar digital”, hemos identificado que pueden hacer que una transformación tecnológica fracase.


Retomando un poco aquella primera parte, los primeros 2 factores son:


1. Alcance limitado


Que podemos resumir en que una transformación tecnológica no es y no debe conceptualizarse como la adquisición de una herramienta o un componente aislado. En cambio, la transformación tecnológica debe ser una estrategia per se que acompañe al negocio en todos los ámbitos.


2. Poco patrocinio


En el que, grandes rasgos, es importante contar con el empuje e impulso por parte de los líderes de la organización, para adoptar, alinear e implementar la transformación como parte de una cultura organizacional.


En esta segunda parte, abordo los siguientes 2 factores:




3. Falta de alineación estratégica


Cuando la transformación tecnológica se ve únicamente con la perspectiva de implementar una herramienta para una acción o actividad específica, ésta (la transformación) deja de tener sentido.


Es decir, si no existe un vínculo intrínseco entre el negocio y la habilitación digital de éste, cualquier tecnología o iniciativa de transformación, nunca tendrá mayor beneficio (sin importar el costo o inversión que represente) más que sólo el espectro de esa actividad.


Aun cuando la herramienta o solución implementada tenga un potencial enorme, si la propia organización no está dispuesta a permitir explorar el potencial que la propia tecnología puede arrojar, entonces ningún cambio digital será de valor y la transformación (no importando el monto de inversión realizado), fracasará.


Hemos encontrado múltiples organizaciones que buscan una solución o herramienta para hacer A o B actividad “sin ver la foto completa” sobre la necesidad de interconexión a través de toda la cadena de valor.


En los servicios financieros, lo anterior es fundamental. Es complicado conceptualizar a administración de una cartera de crédito o arrendamiento donde la información no retroalimente a diversas áreas de la organización. Simplemente porque la trazabilidad en un producto financiero no sólo es un elemento normativo, sino es fundamental para mantener el control, evitar fraudes y mitigar impactos futuros.


Por ejemplo, una solución para "originar", otra para dispersar y otra para dar seguimiento, carece de todo sentido en una administración ordenada y sistemática que permita contener riesgos de cualquier tipo.


Una falta de alineación en los objetivos estratégicos de la transformación tecnológica, hará que ésta fracase rotundamente.



4. No prever el futuro


En varias ocasiones nos hemos encontrado con microfinancieras y financieras no bancarias que asignan más valor al tiempo de vida de una solución (el tiempo que lleva en el mercado), optando por la familiaridad que aporta un proveedor "experimentado", dejando atrás las capacidades de escalabilidad (innovación) que tenga o carezca.


Esto es importante porque herramientas “con mucha experiencia”, son que tienen mucho tiempo operando y, por ende, de tecnología vieja. La capacidad de escalabilidad de éstas, dado la arquitectura tecnológica sobre la que están construidas, hacen complicado y costoso que pueda evolucionar a un paso acelerado de tal manera que te permita atacar los retos del futuro digital


Más aun, una herramienta de tecnología antigua “y experimentada”, será cada vez más oneroso mantener y la relación costo / beneficio se va deteriorando con el tiempo; tiempo que, en esta carrera digital, es imprescindible.


Son opciones (esas herramientas) que en su momento fueron atractivas para la transformación, pero en estos tiempos, resultan (resultarán) demasiado costosas en los años que vienen; no sólo por el costo per se de mantenimiento, sino por el costo de oportunidad de no poder atender y servir a los clientes (cada vez más sofisticados y digitales) de una manera ágil y automática.


Es pues que la transformación tecnológica (y forzosamente digital), no es un reto trivial. Hay factores involucrados (no necesariamente evidentes) que deben abordarse con mente abierta, voluntad y acción que permitan a la tecnología atender las necesidades de manera holística, incremental y con una visión de innovación constante; y por supuesto, estar dispuestos a asumir algunos riesgos que permitan innovar y crecer.


La transformación tecnológica no es para todos; es sólo para aquellos que estén dispuestos a aprovechar las oportunidades del futuro.


Regálame tus comentarios.


G.


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Te invito a descargar nuestra publicación “Transformación digital en Entidades Financieras” aquí y a probar tu nivel de madurez digital con un Test aquí.

Por Gustavo Solorio, Co-Fundador de Croop.





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1 comentario


Invitado
27 sept 2021

Considero que el futuro definitivamente es digital, pero también que se tienen que valorar las prácticas que nos han traído hasta acá.

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