“Feliz 2021”
…cuando mis amigos, familiares y colegas me dijeron esto, una de las palabras que me vino a la mente, fue:
Cambio
Creo que no hay quien niegue que 2020 trajo cambios (muchos y en todos los sentidos). Desde que nos despertamos, hasta que nos dormimos.. cómo balanceamos el trabajo y la familia, y hasta cómo planeamos o disfrutamos de nuestro tiempo libre.
2021 no será distinto. Es más, con base en diversos artículos de analistas y firmas consultoras, percibo que la estrategia del cambio, apenas está por definirse. Lo que vimos y vivimos en 2020, fue sólo un ajuste táctico para hacer frente a una crisis.
Pero este cambio no viene solo; tiene un costo, aunque no necesariamente financiero. Es éste o estos costos, los que detonan una resistencia que además, siempre ha existido.
Entonces pareciera que estamos en una tormenta perfecta. Una transformación inminente y necesaria, con una resistencia (al cambio) tangible en todos los niveles de la organización (a veces de manera inconsciente).
Permíteme hacer una analogía simplista con un teléfono celular. Hay quienes les encanta cambiarlo, porque esperan experimentar “lo nuevo” (en todos los sentidos). Pero, hay quienes simplemente no ven el por qué (cambiarlo), si el teléfono sigue “funcionando bien”.
Y es que el cambio no viene asociado (necesariamente) con arreglar algo que está mal (que si lo está, sin duda hay que realizar los ajustes necesarios). Sino por la necesidad de evolucionar a algo más moderno, que te permita expandir las posibilidades. Porque hay que decirlo, cuando algo carece de innovación, eventualmente (ahora más temprano que tarde), se vuelve obsoleto.
Lo mismo sucede en las organizaciones. Las personas se acostumbran a las tareas cotidianas, porque ya las conocen y se sienten a gusto con eso que ya “dominan”. Y es normal, en una transformación digital, existe cierto miedo a lo desconocido y a la incertidumbre, sobre si ¿todo funcionará bien?, si ¿podré aprenderlo rápido?, si ¿me equivocaré?, si ¿me quedaré sin trabajo? …
Estas preguntas aparecen, en mayor o menor medida, en las mentes de quienes experimentan estos cambios, creando quizá, una percepción de falta de sentido en “por qué cambiar”.
Y es que el cambio, forzosamente DEBE traer consigo una relación positiva de beneficio vs costo. Es decir, debe traer más beneficio que costo (cualitativo y cuantitativo).
Por tanto, no debemos cambiar por cambiar, sino cambiar de manera estratégica. Cualquier ajuste, debe estar alineado a la visión futura de la organización y ser la palanca para alcanzar los objetivos en el corto, mediano y largo plazo.
Es por ello, que te comparto 3 puntos que considero cruciales para tomar en cuenta, en un análisis cualitativo y cuantitativo de los costos asumidos, como parte de un cambio hacia una transformación digital:
1. El costo de oportunidad
El cambio debe “abrirte la puerta” a nuevas oportunidades, para llegar a más personas, ser más ágil y mas eficiente (hemos hablado de esto en otro artículo que te dejo aquí).
Para ello, la tecnología es un aliado claro. Es decir, una transformación que ayude a ajustar el rumbo a través de la ruta digital, para hacer más con menos.
El costo de oportunidad responde a la pregunta “qué pasa si no lo hago (el cambio)?”. Si la respuesta es que: “aumenta la probabilidad de perder oportunidades presentes o futuras”, entonces el costo de oportunidad es alto.
Si esas oportunidades representan un beneficio mayor, que el costo de incurrir en el cambio, entonces éste, el camino de la transformación, es el correcto.
Es necesario que cada empresa evalúe, con base en su estrategia, las prioridades de negocio para este año y seleccione el mejor camino de transformación digital.
2. Costo financiero
Es correcto, dijimos previamente que no debería ser lo único, sin embargo no podemos dejarlo de lado. La ruta digital tiene varias vertientes, unas más costosas que otras. Te dejo aquí un artículo donde tocamos este tema.
Debe haber un equilibrio para que el costo sea el correcto en el presente, con oportunidades y beneficios de corto plazo. Así como en el futuro, para soportar la “evolución innovativa” necesaria para los próximos 5, 10 y 15 años.
Cada empresa debe definir cuales serán las metas en estos plazos, para que entonces, se puedan identificar las opciones disponibles y los costos asociados a ellas. Las metas (quizá está por demás decirlo), deben traer beneficios más altos, que los costos financieros asociados.
Es importante tener cautela en la decisión, ya que opciones cuyo costo es alto en el corto plazo y que prometen beneficios en el largo plazo, son engañosas. De manera equivalente, opciones cuyo costo es demasiado bajo que cubren las necesidades inmediatas, pueden llegar a ser un freno para el crecimiento futuro.
La opción que se tome, debe tener el balance correcto en cada etapa de la estrategia (corto, mediano y largo plazo).
3. Costo operativo
No estoy hablando del costo de la operación per se, sino del impacto del cambio en el equipo operativo.
Cuando una organización realiza ajustes, normalmente quienes tienen mayor afectación, es el equipo operativo. Son ell@s, quienes permiten tener el barco en movimiento; “reman” todos los días para llegar a buen puerto y de quienes dependen (dependemos) para que el servicio siga su rumbo.
Por tanto, el cambio debe traer beneficios claros y tangibles con la menor cantidad de dolor posible al equipo operativo. Debe permitirles trabajar de manera más eficiente, flexible y segura.
El cambio hacia una ruta digital, debe considerar las afectaciones (positivas y negativas) en el equipo operativo, antes de tomar una decisión sobre el rumbo que se desea elegir.
Los anteriores, no son los únicos costos asociados a un cambio o una transformación, pero son los que considero más relevantes y que quise compartirte.
Este 2021 es el futuro que hace unos años visualizábamos. Es el presente que ya está aquí y que el mercado, los clientes y los competidores, han estado empujando. Creo que desde diversas perspectivas, es un momento histórico que debe ser abordado con la mente abierta.
No se trata de cambiar por cambiar. Sino de una decisión estratégica y con beneficios claros (cualitativos y cuantitativos), que le permitan a tu organización hacer frente al presente, en un mundo que avanza día con día, con clientes exigentes y competidores agresivos.
Este 2021, trae consigo una obligación de cambio. No sólo por COVID y la incertidumbre que ésta trae, sino sobre un futuro que hoy es nuestro presente. Yo lo veo como un escenario digital, sin barreras y más comunicado, para unos esperado, para otros obligatorio y para algunos más “increíble”.
¡Te deseo un excelente inicio de año y un 2021 lleno de éxitos!
Regálame tus comentarios.
G.
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Por Gustavo Solorio, Co-Fundador de Croop.
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